¡Gustavo Raley lo volvió a hacer! De nuevo coge un clásico y le da una vuelta para adaptarlo a los nuevos tiempos.
El mago da a elegir una carta libremente al espetador (que puede ser firmada). Ahora saca un palo de selfie para echarse una foto con el espectador y su carta como recuerdo.
Pide que devuelva la carta a la baraja, que es mezclada para perderla.
Ahora vuelve a sacar el palo de selfie y hace una magia sorprendente... ¡lanza toda la barja al aire y una carta es atrapada por el palo de selfie! ¡Es exactamente la carta firmada por el espectador!